Hoy el Subteniente Torres nos cuenta su experiencia del último curso llevado a cabo por UGFAS, esta vez en tierras aragonesas . . .
Una historia . . . como otra más . . . Curso de Bastón y Fusil
. . . Dicen que sarna con gusto no pica. Bueno… yo pienso que sí, que pica y mucho, pero que en ocasiones como esta ¡bendito picor! No todos los días se puede contar con instructores de la talla del que hemos tenido hoy… y no, no estoy hablando de mi mismo.
La suerte de poder contar con un maestro como el Comandante Robles no es algo a lo que se tenga acceso todos los días y estos momentos hay que aprovecharlos. Hoy estábamos únicamente los habituales, menos en realidad, porque como pasa siempre cada uno tiene sus obligaciones y no siempre es posible delegarlas en el compañero por buena que sea la ocasión que se presenta. Me consta que más de uno al leer esto estará sintiendo envidia, aunque sea de la sana, y un ligero picorcillo por ahí dentro. Otra vez será.
El día ha comenzado con un calentamiento de los suyos, de esos que mientras te lo estás pasando en grande te estás dando cuenta de lo que significa realmente lo que vale el peine de marras. De segundo tocaba engrilletados que en un principio eran en situación normal pero que de una u otra forma se iban complicando y la manera de salir con bien de ello, como más de uno se estará imaginando, a esto me refería con lo de la sarna, al momento en que te están convenciendo de que tu actitud no es la correcta cuando llevas unos grilletes puestos. A modo de postre le ha tocado a un servidor explicar los fundamentos del trabajo que se iba a realizar por la tarde, es decir, demostrar con el bastón los principios básicos de la defensa de fusil trasladando los movimientos del Jo al arma larga de manera que el trabajo realizado sea lo más eficaz posible con el mínimo gasto de energía.
Llegados a este punto se nos había echado encima la hora de la comida y entre el hambre, la promesa de una cervecita (que nos la habíamos ganado) y, todo hay que decirlo, el mono que tenía más de uno por el cigarro dichoso, que ya tocaba, no ha habido que insistir mucho para parar un rato. Tras un ligera sobremesa, de vuelta a nuestros asuntos.
La tarde se ha pasado en un suspiro. Hemos estado revisando situaciones que se pueden dar, desgraciadamente, cualquier día y que nos pueden suponer un problema, que se han visto resueltas de las más variadas maneras. Diversas formas de proteger el arma sin necesidad de hacer fuego por medio de derribos, luxaciones y demás “bromitas” que se le pueden hacer al que tenga el valor de enfrentarse a manos desnudas a un fusil; defensas de fusil contra fusil, esgrima puro y duro que debido al peso del arma resulta más duro que puro, y para terminar desarmes de las más variadas formas que si bien hemos podido comprobar que funcionan a las mil maravillas no nos queda otra que esperar no tener que llevar a cabo nunca.
En definitiva un gran día que esperamos se repita pronto. Nuestro agradecimiento una vez más al comandante por dejarse caer por tierras mañas y por supuesto a todos los asistentes, sin cuya participación habría sido imposible llevar a cabo el entrenamiento. En fin, esto es lo que os habéis perdido… ¿De verdad piensas seguir perdiéndotelo? . . .
Kike Torres
Departamento de Difusión